Adolescentes rebeldes: 4 estrategias para mejorar la convivencia con ellos

La adolescencia es un periodo vital precioso, lleno de energía, vivencias, nuevas relaciones y cambios en la manera de ver el mundo. Pero también puede ser un momento en el que la convivencia en casa se puede ver afectada, ya que el grupo de amigos de nuestro hijo o hija pasa a ser su grupo de referencia y se produce, en muchos casos, un distanciamiento del núcleo familiar.

Muchos adolescentes pueden tener actitudes rebeldes que dificulten la comunicación y como familia nos podemos sentir perdidos a la hora de abordar los conflictos, ya que reclama una mayor independencia y autonomía, pero por otro lado siguen necesitando de nuestros cuidados, acompañamiento y atención.

Si sientes que te faltan estrategias para mejorar la convivencia en casa con tu hijo, sigue leyendo porque veremos a continuación cuatro consejos prácticos que puedes introducir en casa para ayudarte a mejorar la relación familiar con tu adolescente rebelde.

1. La primera estrategia sería, que si quieres que tu adolescente se comporte de una manera más madura, devuélvele esa imagen primero.

Si de manera habitual le pedimos que sea más responsable, que ya tiene que actuar de una forma más madura y que nos gustaría que tuviera una actitud más adulta, sería adecuado que nos preguntemos cómo le estamos tratando nosotros.

Si le castigas cuando hace algo mal ¿Crees que se trata de un comportamiento que también le darías a un adulto?

Si consigue premios cuando hace las cosas bien. ¿Usarías ese recurso si estuvieras tratando con un adulto?

Si usamos estrategias infantiles ellos actuarán de acuerdo a eso.

Te invito a que pienses qué le dirías a un adulto si tuvieras que pedirle lo que ahora estás solicitando a tu hijo adolescente de una manera más infantil.

Pongamos como ejemplo, que queremos pedirle que use menos el móvil. Si estuviéramos hablando con una persona adulta no le castigaríamos sin móvil si hace un uso excesivo, ni le intentaríamos amenazar con expresiones como: “me doy cuenta de que no sabes hacer un uso responsable del móvil, así que te lo voy a quitar para que aprendas”. No se aprende a utilizar algo, retirándolo. Cuando se lo volvamos a entregar, el uso que hará será exactamente el mismo, ya que no ha existido aprendizaje.

Si estuviéramos tratando con un adulto, probablemente hablaríamos de una manera menos autoritaria, más personal, intentaríamos expresarle nuestra preocupación. Le diríamos que creemos que el uso del móvil le puede estar afectando en otras áreas importantes de su vida, que se lo decimos porque le queremos y estamos preocupados por él y que hemos pensado sobre algunas ideas que le pueden ayudar, como por ejemplo, dejar el móvil en momentos importantes, como a la hora de cenar, mientras vemos una película o por la noche.

Si lo hacemos de esta manera, es mucho más probable que la persona esté receptiva para hablar y se deje ayudar. Los adolescentes rebeldes no son una excepción.

Si le solicitamos que actúe de una manera más madura, debemos empezar nosotros primero.

adolescentes rebeldes que hacer

2. El segundo consejo que me gustaría compartir contigo, sería exigir a tu adolescente siempre respeto, el mismo que le brindamos nosotros.

Muchas familias siguen negociando cuestiones como el móvil, la hora de llegar a casa o la paga cuando las formas que usa el adolescente dejan mucho que desear, puede estar hablándonos con malos modos, con palabras desagradables o incluso utilizando expresiones de desprecio.

El respeto debe ser siempre la base de cualquier relación. Si le enseñamos que a nosotros nos puede hablar sin respeto, será muy difícil que le demostremos que el respeto es fundamental en la vida, que nadie tiene derecho a tratarle mal, ni él a ejercer un trato desagradable sobre nadie.

Pero si mientras mandamos este mensaje nosotros mismos permitimos que nos traten mal, no estaremos enseñando que el respeto es realmente importante.

Cuando hay una contradicción entre lo que dices y lo que haces, los adolescentes rebeldes siempre se fijarán más en tus hechos.

Nosotros no podemos tratar mal a nuestros hijos, pero tampoco podemos consentir que ellos nos hablen mal a nosotros.

Mientras no existan unas líneas claras de respeto, no podremos seguir hablando de otros temas como el móvil, los estudios o la hora de vuelta a casa. En ese momento pasan a ser secundarios y la conversación no puede continuar como si nunca nos hubieran tratado mal.

como mejorar la convivencia con adolescentes rebeldes

3. La tercera estrategia para mejorar la convivencia con un adolescente rebelde sería buscar momentos de conexión emocional.

La conexión de manera emocional con nuestro adolescente se logra encontrando momentos de calidad, conversaciones interesantes centradas en sus propios intereses. En aprender más de ellos, de cómo piensan y sienten.

Para ello podemos hacerles preguntas, pero sin juzgar las respuestas, realmente escuchando de manera activa. Podemos probar a escuchar su música, pero sin ánimo de criticarla.

Podemos preguntarle por sus amigos, pero sin aprovechar luego lo que nos cuenta en estos momentos de conexión para echárselo en cara en la siguiente discusión.

No planteamos la conexión emocional desde el utilitarismo, como un truco para conseguir mayor cooperación en los acuerdos o normas, plateamos momentos de “estar bien por estar” con tu hijo adolescente.

Los buenos ratos no hay que ganárselos no tienen que tener otro fin más allá del compartir tiempo juntos y disfrutar del placer de nuestra compañía.

Es cierto que cuanta más conexión emocional hay, mayor cooperación se produce. Pero esto es algo que se da de manera natural, también en los adultos. Estamos más dispuestos a ceder en nuestros intereses personales y a cooperar con personas con las que conectamos mejor y los adolescentes rebeldes no son una excepción.

como mejorar la convivencia con hijos adolescentes rebeldes

4. Y por último y, quizá más importante para mejorar la convivencia con un adolescente rebelde: es necesario respetar su individualidad.

Nuestro adolescente es una persona diferente a nosotros y hará las cosas de manera distinta.

Si no nos gusta su estilo de ropa, corte de pelo o música que escucha, tenemos que preguntarnos si realmente es algo relevante.

Él no va a escuchar la misma música que nos gustaba a nosotros con su edad, y precisamente esta es una de las cuestiones por las que más discute una nueva generación con la siguiente.

Cuando empezó el rock and roll clásico las personas más mayores se sintieron escandalizadas. Y ahora es una música que casi nos gustaría que nuestros adolescentes escucharan. Es probable que si escuchan trap nos escandalicemos nosotros ahora, como lo hacían nuestros biseabuelos antes.

Pero la vida avanza hacia adelante, nunca hacia atrás y así tiene que ser.

¿Realmente la música que escucha es lo que define si nuestro adolescente es rebelde?

Revisando los escritos en historia de filósofos y pensadores, podemos constatar que los adultos llevan muchos años asegurando que generación que viene está perdida, se refieren a los jóvenes de hoy en día como unos tiranos, que contradicen a sus padres y  faltan el respeto a sus maestros. Si llevamos tantos años repitiendo lo mismo, es bueno recordar que no es algo exclusivo de esta generación. 

Probablemente hasta nuestros padres, madres o abuelos lo hayan dicho de nosotros.

Tenemos que respetar a la persona que es y al joven en el que se ha convertido.

La adolescencia es una muy buena oportunidad para reparar heridas que se hayan producido en la infancia, ya que podremos hablar con nuestro adolescente de una manera más adulta y madura, llegando a reflexiones más profundas y compartiendo vivencias con un mayor grado de conexión e intimidad.

No lo reduzcamos todo a las normas, a las tareas que deben realizar o a la obediencia. Aunque la adolescencia es una etapa preciosa, también puede ser confusa, llena de nuevas experiencias, preocupaciones, inseguridades y, en ocasiones, miedos y decepciones.

Convirtámonos en su apoyo más que en su voz más crítica. Seamos esa persona con la que volver a contar cuando necesiten ayuda o comprensión.

Al fin y al cabo, siguen siendo nuestros niños.

Esperamos que os puedan resultar de utilidad este artículo sobre como mejorar la convivencia con hijos adolescentes rebeldes

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Verónica Pérez Ruano

Psicóloga sanitaria M-25027