Cómo ayudo a mi hijo a estudiar

“Nuestras limitaciones no sólo posibilitan los primeros aprendizajes vitales, sino que también permiten ocasionales rupturas creativas.” Howard Gardner.

El aprendizaje no puede ser causado ni por padres ni por profesores. Nadie puede causar aprendizaje en una persona, es el propio niño el protagonista de aprender. Debe ser él mismo la figura activa en el proceso, quien vaya poco a poco aprendiendo y adquiriendo herramientas para aprender a aprender.

Pero en muchas ocasiones, la familia necesita apoyar el estudio de sus hijos desde casa para ayudarles con sus tareas escolares. Es habitual que los padres se sientan perdidos ante la falta de herramientas concretas para ayudar a sus hijos con los estudios.

En este artículo veremos estrategias concretas de aprendizaje, que nos ayudarán como familia a acompañar el estudio de nuestros hijos e hijas en casa.

¿Qué es el aprendizaje?

Antes de analizar técnicas concretas, tenemos que saber de qué hablamos cuando nos referimos al aprendizaje.

El aprendizaje es un proceso por el que una persona adquiere conocimientos o habilidades. Se realiza a través de la experiencia o el estudio.

El aprendizaje puede ocurrir en diversos lugares, como la educación formal en escuelas o universidades pero también se da en el trabajo, la vida cotidiana, el entrenamiento deportivo o el desarrollo personal.

Cuando aprendemos adquirimos información, en muchas ocasiones de una manera inconsciente.

El aprendizaje formal al que se tienen que enfrentar nuestros niños, niñas y adolescentes en los colegios e institutos, requiere, no solo de buenas estrategias de aprendizaje, si no otros factores propios de la persona, como son la atención, la percepción, la memoria, la comprensión, la aplicación, la evaluación y la retención del conocimiento.

Además, el aprendizaje puede ser un proceso continuo a lo largo de la vida, ya que las personas están constantemente expuestas a nuevas experiencias y oportunidades de aprendizaje.

 

¿Cómo apoyar el aprendizaje desde casa?

Apoyar el aprendizaje desde casa suele ser una tarea común por parte de la familia.

Cuando observamos que su rendimiento no está siendo el mejor o que las calificaciones se ven afectadas, es habitual que intentemos ayudar desde casa con la preparación de exámenes, deberes, trabajos y demás tareas escolares.

Pero, en muchas ocasiones la familia se puede sentir perdida o desorientada a la hora de ayudar a sus hijos con el estudio.

A continuación te dejamos 10 estrategias para ayudar a que se produzca el aprendizaje y 7 estrategias para ayudarle a aprender.

10 estrategias para ayudar a que se produzca el aprendizaje

Te facilitamos algunas estrategias que pueden ayudar a fomentar el aprendizaje en el entorno familiar. Sabemos que cada familia tiene sus rutinas, particularidades y que tendrán que evaluar en cada caso cómo pueden aplicar estas estrategias dentro de su propio hogar.

1. Establecer un ambiente propicio para el aprendizaje. Crear un espacio de estudio tranquilo y bien iluminado en casa puede ayudar a minimizar distracciones y promover la concentración. Asegúrate de que haya acceso a los materiales de estudio necesarios, como libros, útiles escolares y recursos online.

2. Establecer una rutina. Establecer una rutina diaria para el aprendizaje en casa puede ayudar a los estudiantes a organizarse y mantenerse concentrados en la tarea. Establecer horarios regulares para las actividades de estudio, incluyendo tiempo para trabajar en tareas, revisar el material y repasar.

3. Comunicarse con los profesionales. Mantener una comunicación abierta y regular con los maestros o profesores de los estudiantes para asegurarse de entender las expectativas y el plan de estudio. Preguntar sobre recursos adicionales que nos puedan recomendar o estrategias de apoyo que se puedan implementar en casa.

Los profesores pasan muchas horas con nuestros hijos y pueden observar su desempeño en el contacto escolar, por ello es tan valiosa la información que nos facilitan. Nos pueden indicar si nuestro hijo se distrae mucho, tiene dificultad para ver la pizarra y quizá necesite gafas, si tiene a perder los útiles escolares y no tiene lo que necesita para hacer las tareas…
La comunicación fluida con el colegio o instituto nos garantizará trabajar en quipo para apoyar a nuestro hijo de la mejor manera.

4. Proporcionar materiales de apoyo. Libros, revistas, materiales en línea u otros recursos educativos que sean apropiados para el nivel de edad y los intereses del niño en el proceso de aprendizaje. Esto puede ayudar a complementar el material de estudio y fomentar la exploración y la curiosidad.

5. Estimular el interés y la motivación. Fomentar el interés real en el aprendizaje relacionando el material con situaciones de la vida real, realizando actividades prácticas o buscando maneras creativas de abordar los temas. Por ejemplo, si estamos trabajando sobre la naturaleza y la clasificación de los animales (insectos, vertebrados, etc.) puede ser muy divertido organizar una salida al campo para intentar encontrar un animal de cada tipo.
Si está trabajando sobre las provincias y nos vamos de viaje, puede ir siguiendo en un mapa la ruta que haremos y las provincias que iremos pasando.
Si las matemáticas se le resisten, podemos pedirle que nos ayude con la lista de la compra, sumando los productos que llevamos para ver si tendremos suficiente con el dinero que tenemos para comprar y las vueltas que vamos a obtener.

En definitiva, se trata de aumentar la motivación por el aprendizaje de una manera real, conectada con el mundo en el que vea el sentido a sus estudios y podamos mejorar su motivación.

6. Apoyar la autonomía y la autorregulación. Anímale a asumir la responsabilidad de su propio aprendizaje. Ayúdele a establecer metas de estudio, a gestionar su tiempo, a organizarse y a monitorear su progreso. Fomentar la autorregulación y la independencia en el aprendizaje es una habilidad valiosa para la vida.

7. Celebrar los pequeños logros. Es mucho más efectivo y gratificante para un niño celebrar su esfuerzo, que las calificaciones. Si un niño que tiene dificultad para estudiar, empieza a aumentar el tiempo que pasa dedicado a las tareas escolares, aumenta su motivación por lo que estudia, se esfuerza por mejorar…

Estará realizando un gran esfuerzo por su parte, que merece ser celebrado por él mismo. A veces las calificaciones no reflejan el esfuerzo escolar. Hay niños que aprueban sin mucho esfuerzo y otros niños que tienen que dedicar mucha energía y tiempo y aun así pueden no conseguir a la primera las notas esperadas.

Os animamos a que les indiquéis todo lo que se están esforzando y cómo están mejorando en sus tareas escolares, independientemente de las calificaciones obtenidas en los exámenes.

Si después de un tiempo en el que el niño mantiene unas buenas rutinas de estudio, dedica suficiente tiempo a sus tareas y aun así no consigue llegar al mínimo que exige su colegio, sería un buen momento para hablar con su maestra o pedir ayudar externa, que nos pueda orientar acerca de lo que puede estar ocurriendo y como ayudarle mejor.

Cuando el niño vaya mejorando en su dedicación al aprendizaje, podremos hacerle sugerencias para potenciar otras áreas que necesiten mejorarse.

8. Promover el equilibrio y el bienestar. Es importante recordar que el bienestar emocional y físico influye en su capacidad para aprender. Es imprescincible estar seguros de que mantenemos un equilibrio saludable entre el tiempo de estudio pero también su tiempo de descanso, la actividad física y el tiempo de ocio. Habitualmente este último, el tiempo dedicado al ocio y el juego suele verse muy reducido cuando empezamos a dedicar más atención a las tareas escolares. Pero es igual de importante en el desarrollo de un niño estudiar, como tener suficiente tiempo libre para dedicarlo al juego libre y hacer lo que más le guste hacer sin que nadie guíe su conducta en cada momento.

9. Fomentar el aprendizaje activo y participativo. Promover su participación activa en el proceso de aprendizaje a través de la discusión, el debate, la resolución de problemas y la aplicación práctica de los conceptos aprendidos. Esto puede ayudar a profundizar la comprensión y retención del material.

10. Adaptarse a las necesidades de la persona. Cada niño es único, por lo que es importante adaptar las estrategias de apoyo según sus necesidades e intereses. Por ejemplo, hay niños que se concentran mejor por la mañana, podremos aprovechar los fines de semana por la mañana para las tareas que le parezcan más difíciles, hay otros niños que no pueden concentrarse si tienen hambre, por lo que podremos hacer una pausa para la merienda si está haciendo deberes, mejor que indicarle “hasta que no termines los ejercicios de matemáticas no te levantas”.

 

6 estrategias para ayudarle a aprender

Ya hemos analizado algunas estrategias que tienen que ver con las rutinas, el tiempo de estudio o la motivación. En este caso vamos a ver seis estrategias que nos ayudarían a “aprender a aprender”.

Estas herramientas se basan en que sea el propio estudiante el que reflexione sobre sus propios métodos de aprendizaje. Que evalúe si está siguiendo estrategias que están siendo efectivas para lo que quiere conseguir o si, por el contrario, sus esfuerzos no se están viendo recompensados con resultados y será necesario introducir algunos cambios.

Aquí os dejamos estas estrategias válidas para mejorar las habilidades de aprendizaje:

1. Organizar y planificar. Divide tus metas de aprendizaje en tareas más pequeñas y maneja un horario de estudio. Organiza tu material de estudio de manera lógica y sobre todo realista, no podemos pretender aprendernos dos temas de historia la tarde de antes.

Utiliza herramientas como listas, calendarios y diagramas para ayudarte a visualizar y recordar la información. Una forma de organizar, por ejemplo, podrían ser los mapas conceptuales. Estos representan las relaciones entre conceptos y dirigen la atención a las ideas más importantes. Son jerárquicos y permiten concretar conectar todo el conocimiento de manera más visual.

2. Utilizar técnicas de estudio efectivas. Familiarízate con técnicas de estudio probadas, como la técnica Pomodoro (trabajar en bloques de tiempo enfocados seguidos de descansos cortos), la elaboración (relacionar nueva información con conocimientos previos) y la recuperación espaciada (revisar material en intervalos regulares para mejorar la retención).

3. Cultivar la curiosidad. Fomenta tu sentido de la curiosidad y el deseo de aprender. Haz preguntas, busca respuestas, explora diferentes perspectivas y mantén una mente abierta. La curiosidad te ayudará a mantener la pasión por el aprendizaje a lo largo de tu vida. Además con el aprendizaje digital es mucho más visual, llamativo y motivador y puede ser una herramienta que ayude a adquirir dicha habilidad.

4. Practicar la autorreflexión. Regularmente, reflexiona sobre tus propios procesos de aprendizaje. Hazte preguntas como: ¿Qué métodos me funcionaron mejor? ¿Qué estrategias necesito mejorar? Esto te permitirá ajustar y mejorar continuamente tus técnicas de estudio.

5. Buscar variedad. Alterna entre diferentes tipos de actividades de aprendizaje para mantener tu interés y evitar el aburrimiento. Combina la lectura con la práctica activa, como resumir, hacer esquemas o mapas conceptuales como se mencionaba anteriormente o enseñar a alguien más lo que has aprendido.

6. Practicar la automotivación. Aprende a motivarte a ti mismo incluso cuando la tarea de aprendizaje sea difícil o abrumadora. Cultiva una mentalidad positiva, establece recordatorios de tus objetivos y encuentra formas de hacer que el proceso de aprendizaje sea divertido y gratificante. Se podría utilizar, por ejemplo, la inteligencia artificial.

En conclusión, existen numerosas estrategias de aprendizaje que pueden ser utilizadas para mejorar la forma en que adquirimos conocimientos. Sin embargo, más allá de las estrategias específicas, lo más importante es la dedicación y el compromiso con el proceso de aprendizaje.

No importa cuántas estrategias conozcamos si no estamos dispuestos a invertir tiempo y esfuerzo en el aprendizaje. La dedicación implica establecer metas claras, organizar nuestro tiempo de manera efectiva, practicar la autorreflexión y buscar constantemente formas de mejorar.

La dedicación también implica perseverar cuando enfrentamos desafíos y obstáculos en el camino. Aprender puede ser difícil en ocasiones, pero con una mentalidad positiva y la voluntad de seguir adelante, podemos superar cualquier dificultad.

¿Puede mi hijo tener una dificultad en el aprendizaje?

Pero qué pasa cuando establecemos una buena rutina de estudio, organizamos su espacio de trabajo, le ofrecemos estrategias de aprendizaje como resúmenes, esquemas o mapas conceptuales, nos anticipamos a los exámenes y estudiamos con tiempo…

Y aún así, nuestro niño sigue sin mejorar sus calificaciones y mostrando mucho rechazo a las tareas escolares.

Como hemos visto, hay muchos factores involucrados en el aprendizaje, que pueden estar afectando a que las calificaciones o el rendimiento de nuestro hijo no sea el esperado.

Tendremos que tener en cuenta si alguna de estas cuestiones, que son las más frecuentes aunque hay muchas más, pueden estar interfiriendo en su desempeño escolar:

  • Atención. Si hay alguna dificultad concreta en la concentración y al niño/a le cuesta mantener la atención durante largos periodos de tiempo, el estudio se verá afectado.
    Algunas pistas para ver si la atención puede estar afectada es observar si se distrae con facilidad, si en ocasiones parece como si no escuchara cuando le hablamos, cuando va a realizar una tarea (no necesariamente escolar) y olvida que la estaba realizando y se distrae con otra cosa, etc.
  • Percepción. Hay niños que pueden tener problemas de visión, por ejemplo necesitar gafas, y no ven bien la pizarra o los libros de texto. Esto puede confundirse con una dislexia, por lo que será imprescindible si pensamos que puede haber un trastorno de aprendizaje evaluar tanto la vista como el oído. En cuando a la audición, nos encontramos en ocasiones con niños que no oyen bien y se desconectan de la clase, lo que les dificulta mucho seguir el ritmo de sus compañeros.
  • Estrés o ansiedad. Es prácticamente imposible generar aprendizaje si el niño tiene una ansiedad elevada. Imaginemos que nosotros nos encontramos en una situación muy estresante, como por ejemplo haber presenciado un accidente de tráfico, si en ese momento nos dieran una lista de palabras para aprender en otro idioma que no conocemos, sería casi imposible que pudiéramos concentrarnos en la tarea.
    Con los niños ocurre igual. Si está pasando algo, tanto en el entorno escolar como fuera, que le hacen estar alerta, preocupado o agobiado, será muy difícil que el aprendizaje ocurra de una manera adecuada.
    Analizar la causa de su ansiedad será fundamental, no solo por mejorar su rendimiento escolar, si no por ayudar emocionalmente a este niño que se encuentra en una situación tan desagradable.
  • Memoria. Ser capaz de retener los conocimientos una vez aprendidos, no solo para realizar correctamente un examen, si no para avanzar en los aprendizajes posteriores, ya que servirá como base para lo que vendrá después.
    El niño/a tendrá que ser capaz de retener los aprendizajes previos para poder seguir avanzando en las siguientes lecciones y cursos. Si hay una dificultad en la memoria, será muy difícil que esto pueda realizarse sin complicaciones.
  • Motivación. Tan importantes son las estrategias para estudiar como mantener la motivación para hacerlo. Si el niño no quiere estudiar, no podremos ayudarle aunque utilicemos todos los recursos y estrategias a nuestro alcance. Es por ello tan importante que apliquemos recursos para mejorar la motivación, como los que hemos visto en este artículo.
  • Comprensión. En ocasiones el luego puede no comprender las explicaciones del profesor y realmente mostrar una dificultad para avanzar en el aprendizaje por esta falta de comprensión. Tendremos que analizar si existe una falta de capacidad en la comprensión o si el niño se perdió en explicaciones previas y actualmente no es capaz de seguir las indicaciones de un mayor nivel. En cualquier caso, estar seguros de que el niño comprende es fundamental para que el aprendizaje se produzca.

En caso de que una de estas últimas cuestiones esté afectando, podría ser necesario consultar con un psicólogo infantil que evalúe la situación y nos facilite herramientas para solucionar la situación.