El juego en la infancia puede asemejarse a su lenguaje, su manera de entender la vida y el medio a través del que manifiestan experiencias que están viviendo y sintiendo, que no pueden expresar de otra manera.

Por ejemplo, un niño o niña que repetidamente juega con sus muñecos y estos están siempre tristes y decaídos podría ser indicativo de que en la vida de ese niño puede estar sucediendo algo que no va bien, pero que por la edad o por otros motivos no es capaz de verbalizar.

Por ello, es muy importante atender a la forma en la que juega la infancia, ya que el juego simbólico en muchas ocasiones nos da pistas acerca como se sienten o qué cosas pueden estar sucediendo. En ocasiones, pueden ser indicativos de que algo no marcha tan bien como debería.

¿Qué es el juego simbólico?

Hablamos de juego simbólico para referirnos a un tipo de juego que está muy presente desde los 3 años hasta los 7 años de edad, aproximadamente, y que tiene su auge aproximadamente entre los 5 y los 6 años, ya que a estas edades la imaginación de los niños y niñas no tiene límites.

Y precisamente ahí es donde cobra protagonismo este tipo de juego.

Con juego simbólico hacemos referencia a cualquier tipo de juego en el que el niño, con instrumentos (por ejemplo, muñecos) o sin ellos, pone a volar su imaginación, haciendo que es un pirata, un cocinero o inventando historias entre sus muñecos.

Es todo aquel tipo de actividad que permite a los niños y niñas poner en marcha su imaginación para inventar cualquier tipo de escenario, a través del juego.

¿Por qué es importante atender a las dinámicas que se llevan cabo dentro del juego simbólico?

¿Por qué es importante atender a las dinámicas que se llevan cabo dentro del juego simbólico?

Como hemos indicado antes, la imaginación en la infancia parece no tener límites y en muchas ocasiones a través de las dinámicas que se observan en el juego simbólico, se pueden detectar muchos problemas o preocupaciones que estén atentando contra el bienestar de los niños.

Veamos algunos ejemplos.

  • Observamos que cuando nuestro niño juega con muñecos, continuamente existe uno de ellos que se encuentra solo.

En ocasiones, las dinámicas de bullying o de acoso escolar se pueden detectar a través del juego de los niños. En estos casos, si tenemos sospechas de que algo puede estar sucediendo, podemos preguntar de manera delicada ¿por qué ese muñeco está siempre solito?, ¿cómo se siente ese muñeco?, ¿está feliz o está triste?

Y de esta manera indagar sobre si puede estar sucediendo algo dentro de la vida de ese niño o niña que no le esté haciendo sentir adecuadamente. Siempre atendiendo a la edad y el desarrollo para poder entender mejor qué puede estar sucediendo.

  • Observamos que el niño lleva a cabo dinámicas extremadamente violentas y que manifiesta a través de sus muñecos: De nuevo esto puede indicar que existe rabia contenida, agresividad o tristeza dentro de él y quizás puede estar canalizándolo a través de sus muñecos.

Los niños y niñas, al igual que los adultos, no nacen sabiendo gestionar sus emociones  y problemas. Necesitan que los adultos actuemos como guías y les demos herramientas para poder encargarse de sus propias emociones, tanto de la alegría como del enfado.

De nuevo, antes de patologizar un comportamiento, necesitamos atender a la edad del niño, puesto que los más pequeños serán más propensos a llevar a cabo conductas más “primitivas” como pegar o morder, por ejemplo, ya que debido a su desarrollo todavía no han podido adquirir otras herramientas para expresar y gestionar sus emociones, y lo mismo harán a través de sus muñecos.

Las familias que comparten tiempo de juego con sus hijos e hijas pueden obtener grandes beneficios.

Las familias que comparten tiempo de juego con sus hijos e hijas pueden obtener grandes beneficios.

Algunos beneficios que se desprenden de compartir tiempo de juego con nuestros hijos serían:

  • Pasar más tiempo con los hijos, y de esa manera, poder conocerlos mejor.
  • Hacen sentir a los niños más importantes y queridos, ya que el compartir tiempo con ellos es uno de los regalos más grandes que pueden recibir de sus familias.
  • Permite, como citábamos antes, poder enseñarles herramientas para la gestión de las emociones. A través del juego se puede servir de ejemplo, los niños y niñas tienen un gran poder de observación y a menudo aprenden de sus familias como responder ante ciertos eventos y situaciones. Por ello, los adultos pueden a través del juego servir de ejemplo en conductas que queramos que integren en su día a día.-
  • Además, el juego es una herramienta potencial para ayudar a nuestros hijos a trabajar la atención, la planificación, la memoria, y en general, las funcione ejecutivas.

Por norma general, la atención en niños no se termina de desarrollar hasta aproximadamente los 6-7 años.

Trabajar la atención a través del juego

Las familias pueden echar una mano a sus pequeños y poner en marcha juegos que les permitan desarrollar estas capacidades de una manera más óptima, e incluso pueden ayudar a detectar problemas de concentración, atención, etc.

Este tipo de juegos son los de toda la vida. Los puzzles, el tres en raya, las cartas, etc. son juegos estupendos para ayudar a la infancia a trabajar estas capacidades, y además permiten pasar un buen rato en familia.

  • Puzzles: Los puzzles son una gran herramienta para favorecer la capacidad de planificación, de atención, la motricidad y la imaginación. Además, es una herramienta óptima para trabajar la tolerancia a la frustración. Las familias pueden actuar en estos casos enseñando a los niños y niñas en estos casos de frustración.
  • Juegos de cartas: Existen juegos de cartas específicos para trabajar la memoria; son tipos de cartas que se ponen boca abajo y hay que ir haciendo parejas. En general, los juegos de cartas permiten a aprender a trabajar en grupo, cooperar, mejorar la atención, la planificación y el pensamiento lógico a la vez que se pasa un rato divertido.
  • Juego con muñecos: A través del juego con muñecos también se ponen en marcha cantidad de procesos atencionales, y como veíamos anteriormente el jugar con muñecos es una oportunidad perfecta para ayudar a nuestros niños a gestionar las emociones, la frustración, los problemas de la vida diaria, etc. También puede ser una buena oportunidad para trabajar con ellos sus miedos.
  • Juegos al aire libre: El pilla-pillar, el escondite, la pelota… son juegos que permiten a los niños realizar actividad física, interactuar con otros niños y además compartir tiempo de calidad con la familia.

La importancia del juego libre

Esto último es algo de vital importancia para todo niño o niña. El tiempo de calidad en familia es a veces difícil de gestionar debido a las demandas del día a día. No obstante, es necesario que las familias pasen tiempo de calidad con sus hijos.

Ya hemos visto todos los beneficios que proporcionan los juegos citados anteriormente, pero a todo ello se le suma que cuando jugamos con nuestros niños les estamos dedicando tiempo de calidad.

Muchos adultos recurren a las nuevas tecnologías para ocupar el espacio que sus niños y niñas pasan en casa. Pero, sintiéndolo mucho, esto no es tiempo de calidad ni tampoco algo beneficioso para la infancia. A veces la televisión o las nuevas tecnologías nos salvan “de un apuro” pero esto no puede convertirse en una dinámica familiar establecida.

Los niños y niñas necesitan la presencia de los adultos. Después de llevar todo el día separados de sus familias, en las escuelas infantiles o en el colegio, llegar a casa, ir a las actividades extraescolares etc., los niños aún necesitan tiempo con sus familias y no hay mejor manera que compartir tiempo de calidad con los más pequeños que proporcionarles un rato de juego, diversión y cariño.

La importancia del juego libre

Ya hemos visto la importancia de compartir el juego en familia y tener tiempo de calidad para dedicarle a nuestros niños. Ahora nos detendremos en analizar la importancia del juego libre.

Se trata de un juego sin reglar, espontáneo, en el que la infancia es la protagonista de su propio proceso.

Se desarrolla en un espacio seguro, pero lo menos estructurado posible, lejos de juguetes sofisticados. Como ya sabemos, cuantas menos cosas haga un juguete, más hará la mente del niño.

Se trata de un juego totalmente autónomo, sin intervención del adulto para corregir, proponer ni animar.

La infancia desarrolla y expresa sus deseos y necesidades a través del juego, sin que nadie les interrumpa.

En este juego libre pueden suceder un sinfín de situaciones:

  • Puede satisfacer sus necesidades de movimiento y elegir juegos más motrices
  • Puede reprocesar vivencias que necesite volver a vivir, ya que el juego libre es un estupendo espacio para ello.
  • Puede explorar autónomamente sus capacidades. Analizando lo lejos que puede saltar o hasta donde llega lanzando una piedra.
  • Puede desarrollar su creatividad, construyendo cabañas, puentes, imaginando que un tronco es un bebé al que quiere cuidar, etc.
  • Les permite sentirse libres en un mundo que habitualmente les llena de órdenes y peticiones.

Los entornos naturales son los mejores espacios para desarrollar el juego libre, ya que son lugares poco estructurados, en contacto directo con la naturaleza, que permiten el libre movimiento, al encontrarse lejos de coches y carreteras, y que poseen materiales poco estructurados para poder dejar volar la imaginación: piñas, palos y piedras pueden ser los mejores elementos para jugar, porque pueden convertirse en cualquier cosa que el niño imagine.

Además, el juego libre en un espacio natural mejora la atención y concentración, ya que el entorno natural no compite por la atención del niño.

Cuando nos movemos en un entorno urbanizado, continuamente hay distractores que intentan atraer nuestra atención:

Carteles de tiendas, anuncios y vallas publicitarias, semáforos, señales de tráfico, coches a los que prestar atención, sonidos fuertes, personas, etc.

En un espacio natural los distractores se reducen, ya que no existen elementos artificiales creados específicamente para llamar nuestra atención.

Los pájaros, las piedras, las plantas, simplemente están ahí. No llaman nuestra atención. Somos nosotros los que podemos decidir detener nuestro juego libre, si queremos dedicarles tiempo y observarlos. Lo que favorecerá una verdadera atención activa, desde un lugar intrínseco, es decir, partiendo desde el propio niño y no como una voz exterior que le dice “mira, atento, no te distraigas”.

¿Por qué hay que tener cuidado con las nuevas tecnologías?

Lejos de lo que muchos adultos piensan, la televisión o las consolas en muchas ocasiones juegan un papel en contra de la atención. Además, muchas veces no somos conscientes de los contenidos  a los que acceden nuestros pequeños. A veces, acceden a contenido que puede generarles miedos o inseguridades que por su etapa evolutiva no van a saber gestionar o resolver.

Siempre que queramos recurrir a las grandes pantallas debemos tener en cuenta el desarrollo de nuestros niños, nivel de madurez, cuánto tiempo van a estar expuestos a las pantallas y a qué contenido van a acceder.

Y sobre todo, se debe tener en cuenta que llegar a casa y “plantar” a nuestros niños delante de una televisión no es para nada una forma segura de cuidado y cariño.

Debemos cuidar la infancia y una manera de hacerlo es regalarles tiempo de calidad, permitirles que jueguen y jugar con ellos. De esta manera, aseguraremos infancias felices y desarrollos adecuados.

 

Sarah Leal Gómez

Psicóloga de Raíces Psicología